Los Acantilados de Herbeira, situados en la costa de la provincia de A Coruña, son uno de los tesoros más impresionantes y menos conocidos de la geografía española. Alcanzando una altitud de 613 metros sobre el nivel del mar, estos acantilados figuran entre los más altos de la Europa continental, superando incluso a los famosos acantilados de Moher en Irlanda.

Esta maravilla natural se extiende a lo largo de la Sierra de la Capelada, una zona agreste que domina la escarpada costa gallega, donde el Atlántico choca con furia contra las rocas. Es un lugar ideal para gozar de vistas espectaculares desde las alturas, aunque en la zona también se pueden encontrar playas de arena negra.

¿Cómo se llega hasta los acantilados? El acceso a los Acantilados de Herbeira se suele realizar a través de la carretera DP-2205, que serpentea entre los municipios de Cariño y Cedeira. Este tramo es conocido como la «Ruta de los Miradores», ya que en su recorrido se pueden encontrar varios puntos de observación desde donde contemplar la magnitud de estos acantilados. Uno de los miradores más emblemáticos es el Mirador de Garita de Herbeira, donde aún se conservan los restos de una antigua construcción defensiva del siglo XVIII que vigilaba la costa.

¿Por qué los Acantilados de Herbeira son tan especiales? Lo que diferencia a Herbeira de otros acantilados no es solo su altura, sino la singular mezcla de paisajes que presenta. A medida que te adentras en la Sierra de la Capelada, el terreno se cubre de extensos pastizales donde los caballos salvajes y vacas autóctonas pastan en libertad, una muestra de la vida de esta región. Este lugar es hogar de una notable fauna marina y terrestre, así que en las alturas es frecuente avistar aves marinas como alcatraces, gaviotas tridáctilas y pardelas.